
Varios vecinos reportan caídas y lesiones por el mal estado de trampillas en la vía pública. Piden responsabilidades y mejoras urgentes.
Una vecina de Puçol ha sufrido recientemente una caída que le ha provocado una lesión en la rodilla y un esguince, al tropezar con una tapa de registro mal colocada en la vía pública. El suceso, ocurrido en una zona transitada del municipio, ha vuelto a poner sobre la mesa el problema del mobiliario urbano en mal estado y la falta de intervenciones preventivas.
La afectada ha tramitado ya la denuncia correspondiente con la esperanza de que se tomen medidas para evitar nuevos accidentes. Aunque desconoce si la responsabilidad recae en el Ayuntamiento o en la empresa de telecomunicaciones propietaria de la tapa, su objetivo principal, según ha expresado, es que se actúe para garantizar la seguridad de los peatones.
Más de un caso en pocos días
El caso no es aislado. Otra vecina ha relatado un incidente similar ocurrido recientemente en la Plaza de la Generalitat, también por una tapa de Telefónica mal alineada. En su caso, el accidente le provocó un esguince con fractura en el tobillo y la ha mantenido de baja médica desde entonces.
Otros testimonios recogidos describen caídas similares en distintos puntos del municipio, incluidos entornos residenciales y zonas cercanas a la playa. Algunos vecinos incluso recuerdan casos anteriores en los que, a pesar de contar con pruebas como fotos y vídeos, las denuncias fueron desestimadas, generando aún más frustración.
¿Quién debe responder?
Ante este tipo de situaciones, la comunidad vecinal ha compartido información sobre cómo presentar reclamaciones por responsabilidad patrimonial al Ayuntamiento, paso previo necesario para reclamar cualquier indemnización. También se ha insistido en que, en caso de accidente, es fundamental llamar a la Policía Local en el momento, obtener parte médico y dejar constancia oficial del incidente.
Uno de los elementos más discutidos es la maneta metálica que sobresale en algunas trampillas antiguas, diseñada para facilitar su apertura, pero que, con el paso del tiempo, se ha convertido en un elemento de riesgo si no se encuentra correctamente sellado o a nivel del suelo.
Preocupación por el estado general del municipio
Más allá de los casos puntuales, muchos vecinos han expresado su malestar por el estado general de calles, aceras y elementos urbanos, especialmente en zonas de gran afluencia o tránsito habitual. Consideran que la falta de mantenimiento y supervisión agrava el problema y deja a los peatones expuestos a riesgos innecesarios.
Algunas voces también sugieren que las compañías responsables de este tipo de instalaciones deberían modernizar sus sistemas de tapa y señalización, sustituyendo los modelos obsoletos por soluciones más seguras.
Reclaman prevención, no solo indemnización
El mensaje más repetido entre los afectados es claro: no se trata solo de pedir compensaciones económicas, sino de asegurar que nadie más sufra una caída evitable. Los vecinos insisten en que los problemas ya detectados deben ser reparados con urgencia, porque prevenir daños es una responsabilidad compartida entre empresas, administración y ciudadanía.