
El 5 de junio de 1918, hace exactamente 107 años. una Real Orden legalizaba un edificio singular en Puçol: el Sindicato Agrícola, una construcción levantada por y para los vecinos. Pero esta fecha fue solo el comienzo de una historia que atraviesa guerras, represión y una lucha incansable por recuperar un espacio que nunca fue un sindicato al uso, sino la Casa del Pueblo.
Los Orígenes: Cooperación en Tiempos de Escasez (1917-1936)
A principios del siglo XX, Puçol —como muchos pueblos agrícolas valencianos— vivía bajo la sombra de la desigualdad. La respuesta vecinal fue excepcional: un proyecto colectivo donde todas las clases sociales contribuyeron. Los más acomodados («protectores») donaban dinero o medicinas; los jornaleros («protegidos») ofrecían mano de obra.
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Funciones clave:
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Asistencia médica: Un doctor atendía a enfermos (incluso con penicilina, entonces escasa y cara).
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Caja rural: Préstamos para familias necesitadas.
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Centro social: Bailes, carnavales, cenas y contratación de jornaleros.
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Velatorios para los muertos sin familia.
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«Era la seguridad social de los años 20», explica Vicente Sanchis, vocal de la junta actual. Un modelo único, basado en la reciprocidad y el compromiso humano.
La Guerra Civil y la Expropiación (1936-1975)
La guerra truncó esta armonía. El edificio fue requisado por el gobierno:
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Piso superior: Convertido en oficinas administrativas.
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Planta baja: Conservó el cine, el teatro y el bar, pero politizado.
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Amenaza para los fundadores: El presidente Juan Bumbau escondió la escritura de propiedad tras una pared de ladrillo para evitar represalias.
La Larga Batalla Legal (1975-2019)
Con el fin de la dictadura, comenzó la lucha por recuperar el edificio. Los obstáculos:
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El nombre «sindicato»: Las autoridades lo clasificaron como «sindicato de clase», dificultando su devolución.
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Pérdida de documentos: La escritura escondida por Bumbau fue clave.
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El papel de Manuel Broseta: El abogado inició el trámite legal, pero su asesinato por ETA (1992) paralizó el proceso.
Finalmente, en 2019, gracias a la usucapión (posesión continuada durante 40 años) y a pruebas como facturas del bar o actividades culturales, el Sindicato volvió a los descendientes de sus fundadores.
El Reto Actual: Revitalizar el Espacio
Hoy, sus 330 socios (con una edad media elevada) trabajan para:
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Atraer a jóvenes: Cuotas reducidas, herencia del número de socio y actividades como teatro infantil.
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Mejoras: Pantalla para proyecciones, accesibilidad y eventos (comuniones, partidos de fútbol).
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Mantener el espíritu: «Queremos que vuelva a ser la Casa del Pueblo», insiste José Soriano (‘Pepe Paula’), presidente en funciones.
Reflexión Final: Más que un Edificio, un Legado
El Sindicato Agrícola de Puçol es un símbolo vivo de:
✅ Autogestión vecinal en tiempos difíciles.
✅ Resistencia contra la expropiación y el olvido.
✅ Identidad colectiva que perdura tras un siglo.
Fuentes y Agradecimientos:
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Entrevistas a Vicente Sanchis y José Soriano (Junta del Sindicato).
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Archivo Municipal de Puçol y prensa histórica (Las Provincias, El Pueblo).
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Documentación legal sobre la usucapión (2019).
- Elperiodic (2020)